En estos momentos nos encontramos en plena campaña electoral para las instituciones municipales y autonómicas. El presente post surje como consecuencia del reto lanzado por la periodista Eva Mora, de la cadena Es. Radio en Valencia, de la que soy colaborador habitual en el magacine del martes sobre consejos de desarrollo empresarial, desde hace mas de 4 años, reto que trata de dilucidar sobre si los partidos políticos saben vender o no.
Desde mi condición de experto en comercialización, trataré de aportar mi opinión, dejando de lado cualquier sesgo partidista.
Analizando los mensajes, logos, y demás parafernalia electoral, cosa que no suelo hacer habitualmente, llego a la conclusión de que los partidos políticos NO SABEN VENDER. Otra cosa distinta seria saber si utilizan bien su imagen de marca, pero esto solo es una parte de la venta. Paso a explicarme:
La esencia de la venta es la satisfacción de las necesidades del cliente. Para conseguirlo es imprescindible realizar un buen sondeo con el fin de conocer esas necesidades. A continuación hay que presentar nuestra opción, resaltando los beneficios de nuestro producto o servicio que satisfarán esas necesidades, si eligen nuestra opción. El colofon a esta venta se dará con el cierre de la misma.
En este mismo contexto, un cliente solo comprara si confía en:
– El producto.
– La empresa que lo respalda , y
– El vendedor que nos lo ofrece.
Pongamos ahora todo esto en clave política y tendremos que:
es evidente que los partidos políticos no realizan sondeos a cada persona, seria imposible o casi, por lo que trabajan con sondeos globales de opinión, y estadísticas que nada tienen que ver con las necesidades reales de los ciudadanos. Esto podría conseguirse con las tan reclamadas listas abiertas, con candidatos a pie de calle, o con juntas de barrio, por ejemplo, pero no solo en periodo electoral sino desde el principio del nacimiento de los partidos políticos. Ningún partido lo hace, que yo sepa, como máximo lo hacen entre sus allegados, lo cual no es extrapolable al resto de ciudadanos.
Es evidente que , si no se conocen las necesidades reales de los clientes (los ciudadanos), difícilmente se podrán relacionar los beneficios de una opción política con esas necesidades, solo se podrá hacer de forma general y por intuición mas o menos contrastada; en este punto, la venta como tal esta rota.
Si ahora añadimos los otros tres conceptos por los que el cliente comprará, nos daremos cuenta de que los partidos NO SABEN VENDER, si bien los ciudadanos COMPRARAN su opción, dado que solo pueden elegir entre una oferta muy restringida o abstenerse; ¿o acaso existe algún partido en el que se pueda confiar en su producto (su programa), su empresa (el propio partido político, con sus corrupciones y sus contradicciones según el caso de que se trate) y su vendedor (el candidato)?, bajo mi punto de vista, NINGUNO.
¿QUE SUCEDE ENTONCES?
Sucede simplemente que lo que los partidos hacen es mantener en el tiempo su imagen de marca; conservador, laborista, progresista, comunista, liberal, etc., y siempre existen una serie de clientes (ciudadanos votantes) que serán fieles a la marca, independientemente de lo que esta haga bien o mal, suceda lo que suceda, en lo que llamaríamos el «suelo electoral de los partidos».
Después encontramos algunos clientes (ciudadanos votantes) que, aun siendo partidarios de los valores de la marca, la abandonan debido al deterioro sufrido por esta con la actuación de la empresa (el partido); sea por corrupción, por promesas incumplidas o por información distorsionada. Estos «clientes» pasan a opciones cercanas, o directamente , no votan.
Nos queda , pues, la campaña electoral, montada para captar a los indecisos o para justificar el voto de los descontentos con la marca. Si analizamos estas campañas , veremos que, en general, los partidos hablan mas de lo mal que lo hacen los adversarios que de su oferta , y esta es otra de las máximas comerciales que los partidos políticos no cumplen; «A la competencia se la sitúa con nuestra propuesta», no se habla mal de ella, simplemente , NO SE LA NOMBRA.
Hay muchas mas razones en las que baso mi opinión de que los partidos políticos no venden, les compran, y por eso nunca pueden estar seguros de si el cliente repetirá la compra, de si el ciudadano los volverá a votar.
Y tu, ¿Vendes o te compran?
Jose A. Navarro Borcha.
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