¿INNOVACION COMERCIAL?
La innovación es una respuesta de adaptación de la sociedad o de una parte de ella, tendente a suplir una carencia del entorno social.
En contraposición a la invención, una innovación tiene una vertiente económica, sin la cual no se puede considerar innovación. Así, vemos que muy buenas ideas, que podrían haber aportado valor a la sociedad, se han quedado en eso, en buenas ideas y, a veces, ni siquiera en eso.
Cuando se piensa en innovación se suele pensar en productos que, o bien realizan mejor y mas eficientemente un trabajo, o hacen el trabajo de una manera diferente. Sin embargo, también se puede (y se debe ) hablar de innovación cuando pensamos en servicios o actuaciones no productivas «per se», es decir, que necesitan ser aplicadas a un producto para conseguir su retorno económico, sin el cual, tal como ya se ha dicho, no existiría la innovación.
La innovación se puede generar de dos formas; a) de forma radical o rupturista, y b) , de forma gradual y continuada.
Parece evidente que sobre la primera no existe mucho control porque se tratará de una casualidad o, tendrá que ver, en el mejor de los casos, con muy poco tiempo de maduración de la idea inicial. Por definición, si el tiempo transcurrido desde el nacimiento de la idea hasta su racionalización es largo, estaremos hablando de innovación gradual puesto que, en efecto, se habrá ido llegando a la innovación de forma gradual y continuada, aplicando al resultado tiempo y recursos de forma igualmente continuada.
En este contexto, la innovación sigue las llamadas curvas «S», guardando semejanza con las curvas de vida de un mercado .
Este concepto es igualmente valido para la innovación en un proceso o el desarrollo de un servicio. En efecto, la innovación aquí vendrá dada por la madurez del conocimiento y la experiencia en satisfacer necesidades no correctamente satisfechas o solucionadas.
Tomemos el ejemplo de una forma nueva de comercialización.
Nos encontramos con que muchas empresas, o mas bien todas, necesitan que sus procesos comerciales sean cada vez mas eficientes y consuman menos recursos, en definitiva, que aporten una mayor productividad.
Lo habitual, el estado del conocimiento existente, hace que las actuaciones comerciales se sigan realizando de la misma manera, incluso actualizándose con nuevas herramientas que se aplican para mejorar la forma de hacer actual. No dejara de ser una evolución, pero en esencia, seguirá siendo la misma forma de hacer con otras herramientas de ayuda.
Ahora bien, ¿que sucede si una empresa o una consultora propone una nueva forma de comercialización?. Esta nueva forma estaría basada en la necesidad de eficiencia de la empresas y en el conocimiento del sector y de sus necesidades por parte de la consultora.
No estaríamos hablando de la misma forma de hacer con otras herramientas, lo cual ,en función de su desarrollo, quizás también se podría asemejar a una innovación; estaríamos hablando de que, partiendo de la satisfacción necesaria que hay que procurar a los clientes, la comercialización se pudiera realizar de otra forma, por ejemplo, en un concepto similar a la venta on line (pero solo en cuanto a concepto, la venta on line ya fue una innovación en su momento).
Podemos trabajar, por lo menos, en cinco tipos diferentes de innovación; en producto, en servicios, en procesos, en modelo de negocio y en organización social. A modo de ejemplo podemos reseñar diferentes puntos sobre los que la U.E. ha apostado en sus protocolos para el año 2020; «Smart cities», eficiencia en la gestión y uso del agua, aprovisionamiento de materias primas no energéticas, movilidad inteligente de ciudadanos y empresas, y productividad agrícola y sostenible.
Vemos que los campos son innumerables. Nosotros tenemos la responsabilidad de hacer avanzar a la sociedad, cada uno desde nuestra parcela y con nuestros conocimientos.
Y tu ¿Quieres vender?
Jose A. Navarro Borcha
www.nnconsultores.com
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